Más adelante, se creó el reloj de sol, el cual se basaba en la dirección de la sombra, que proyectaba un elemento de madera, piedra u otros. También los egipcios, crearon un reloj, que estaba basado en el correr del agua.
Al mismo tiempo, los árabes median el tiempo con cálculos de tipo astronómico conocidos en su época, por la gran precisión de sus predicciones.
Otro reloj bastante fiable para la época, era el reloj de arena, midiendo por lo general, el transcurso de una hora.
Siglos despúes se comienzan a fabricar los primeros relojes más o menos exactos diseñados para medir las horas canónicas, en los monasterios europeos, para más tarde, invertarse el reloj de péndulo por el relojero Christian Huygens.
Mucho tiempo después, surgieron los relojes más pequeños o transportables, los relojes de bolsillo, a los cuales, se había de dar cuerda para que siguieran funcionando, y posteriormente, el reloj de muñeca.
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